La respuesta depende del proveedor que elijas, pero técnicamente todas las compañías de VPN pueden ver tu tráfico e historial.
Sin embargo, la mayoría de ellas optan por descartar esa información dirigiéndola a un archivo o carpeta «nula». Estas son las llamadas compañías «no-log».
Hoy en día, cada vez más servicios de VPN se anuncian como grandes protectores de la privacidad de los internautas, lo que significa que no guardan ningún registro de tus actividades en línea, ni para ellos ni para terceros.
La única excepción a la regla es la pequeña información que almacenan sobre tu compra y suscripción. El alcance de los detalles puede variar, pero lo más habitual es que recojan tu nombre, dirección, contraseña, dirección de correo electrónico válida e información de la tarjeta de crédito.
Sin embargo, hay empresas que suben la apuesta aún más permitiéndole pagar a través de métodos anónimos, como el Bitcoin. Esto aumenta su privacidad a un nivel máximo.
Hay que tener cuidado con la noción de no registro, ya que es una zona bastante gris. Hay países cuya legislación obliga a las empresas (no sólo a las VPN, sino también a los ISP) a almacenar los registros durante un tiempo determinado.
En Australia, por ejemplo, el periodo de almacenamiento exigido es de 2 años. En otros casos no existe una legislación adecuada, pero una orden judicial puede ser suficiente para obligar a la empresa a entregar los registros grabados.
El caso es similar en Norteamérica, como hemos aprendido de la batalla entre Apple y el FBI. La razón de tal protesta contra la privacidad es que las autoridades buscan y golpean a quienes favorecen el torrente.
Lamentablemente, cada vez hay más empresas de VPN que entregan a sus propios clientes a los titulares de derechos de autor que presentan quejas.
Dado que las empresas tienen que actuar de acuerdo con la ley del país en el que están constituidas, es mejor que mantengas la cabeza baja y vayas con cuidado, ya que el Gran Hermano podría estar vigilándote.
