Una VPN es capaz de enmascarar sus aventuras de piratería, aunque debe tener cuidado. Se trata de un tema bastante delicado y, como ya hemos comentado, si te despreocupas demasiado puedes meterte en verdaderos problemas porque el torrente se considera ilegal en muchos países.
Sin embargo, algunos proveedores de VPN ofrecen soporte para torrents como parte de sus servicios. La mayoría de ellos lo hacen estableciendo unos pocos servidores P2P específicos, normalmente situados en un país donde este tipo de práctica no es un gran problema.
Otras compañías de VPN también pueden considerarse amigables con los torrents al permitirte hacerlo directamente en cualquier servidor.
La piratería de contenidos vive y muere en el gran consumo de ancho de banda, que es la forma en que los ISP suelen atrapar a los aficionados al P2P.
En caso de que un ISP vea que estás utilizando una cantidad anormal de ancho de banda, lo más probable es que busque en los registros de tu cuenta y no tardará en descubrir tu negocio turbio.
Esto llevaría a que tu velocidad de Internet fuera estrangulada, y la compañía también te enviaría una nota de huelga o remitiría tu caso a las autoridades legales, dependiendo de la legislación.
Sin embargo, las VPN enmascaran tu dirección IP y todo tu tráfico pasa a ser anónimo, incluso para tu proveedor de Internet. Desde su perspectiva, todo lo que ven es que estás usando una VPN y nada más.
No obstante, asegúrate de optar por un servicio de VPN que ofrezca un ancho de banda ilimitado, ya que de lo contrario te perjudicas a ti mismo con tu propia medida de seguridad.
También es importante comprobar si una empresa de VPN cuenta con una política de no registro, de modo que no almacenen registros de tu actividad.
Esto es importante, ya que se han conocido algunos casos tristes de empresas de VPN que han denunciado a sus clientes por delitos relacionados con los torrents.
Por último, pero no por ello menos importante, ten cuidado cuando elijas una VPN situada en un país en el que las leyes vigentes obliguen a las empresas a conservar los registros de sus clientes durante un periodo de tiempo determinado, lo que anula la política de no registro.
Esto sigue siendo una zona gris, ya que estas empresas están obligadas a actuar de acuerdo con la ley y nunca se puede saber si los registros de tráfico se guardan realmente o no.