A pesar de que se habla en contra del uso de las VPN, no parece que vaya a haber un día en que se prohíban por completo. En los últimos años se ha discutido mucho sobre los servicios VPN.
Aunque los usuarios confían en ellos para tener una gran privacidad y anonimato cuando navegan por Internet, algunas entidades se han pronunciado y han actuado en contra de ellos.
A pesar de que pocos países han prohibido realmente las VPN, algunos otros han aprobado una legislación que restringe seriamente sus actividades.
Limitar el servicio de una VPN es bastante sencillo. Dado que los proveedores de VPN poseen un número limitado de direcciones IP y un gran número de suscriptores las comparten durante meses o años, entidades como las fuerzas de seguridad, los sitios web o los servicios de streaming pueden incluir fácilmente a esos proveedores en una lista negra.
Se puede utilizar una técnica más precisa para bloquear eficazmente las conexiones VPN. Los puertos que se utilizan habitualmente para establecer conexiones y transferir datos, como PPTP o L2TP, pueden ser cerrados por los administradores del sistema.
Aunque algunos servicios de streaming como Netflix, Hulu, BBC iPlayer y otros han bloqueado en algún momento las VPN, la mayoría de ellos han dado un paso atrás, ya que el número de clientes que acceden al servicio con una VPN es muy insignificante en comparación con el número total de abonados.
Del mismo modo, se sabe que los proveedores de servicios de Internet, como Verizon o Telstra, estrangulan las conexiones de sus clientes si se detecta el uso de una VPN.
Obviamente, algunos países han procedido a bloquear completamente los servicios de VPN. Tanto Siria como Egipto activaron la inspección profunda de paquetes tras la agitación política de 2011 para bloquear las conexiones VPN.
Además, Irán comenzó a bloquear el acceso a las VPN no autorizadas por el gobierno en marzo de 2013, antes de las elecciones.
Más recientemente, Rusia ha aprobado una ley que establece que solo se pueden utilizar las VPN aprobadas por el gobierno y si una persona es sorprendida utilizando una VPN ilegal, será sancionada.
En menor escala, funcionarios de los gobiernos estadounidense y británico han expresado su preocupación por que el uso de la encriptación en Internet dificulte la prevención del terrorismo.
Pero ningún otro país ha ido tan lejos como China. El Gran Cortafuegos del país es capaz de bloquear los métodos de comunicación cifrados que utilizan los servicios de VPN. Desde 2018, las compañías de telecomunicaciones están obligadas a bloquear el uso de las VPN por parte de los particulares.
Está bastante claro que los países mencionados tienen un aspecto en común: quieren controlar la información a la que tienen acceso sus ciudadanos. Todos estos gobiernos son conocidos por ser opresivos y tienden a intimidar a quienes se atreven a desafiarlos.
Siguiendo un pensamiento similar, las Naciones Unidas han observado que, en un momento en que los gobiernos están ampliando la vigilancia invasiva en todo el mundo, la encriptación permitirá preservar un espacio seguro y privado para la libre expresión.